jueves, 20 de enero de 2011

Confesiones

Se miró en el espejo, la cara pálida, los ojos rojos. Sin mover sus labios mordidos dijo:

He sido muy tonta.
Me sentía rica en mi avaricia. Y ahora que quise abrir mis tesoros para alguien, y ese alguien rehusó agradecido, me quedé atónita en el piso. Con las manos abiertas y toda mi fortuna derramándose por entre mis dedos.

1 comentario: