jueves, 20 de enero de 2011

Dolineando

Una chica de la calle Bolivia se enamora de un muchacho que vive en Condarco y Bogotá. Él la ama desde hace muchos años, desde que compartían recovecos jugando a las escondidas. Ella quiere estar siempre en su cabeza. Él sueña con llevarla de la mano y escuchar juntos a los Contadores de Historias.
Pero ella ha leído las crónicas del ángel gris y reconoce en él a un Hombre Sensible. Quiere que la ame para siempre y sabe cómo lograr esto de un muchacho de Flores: nunca una mirada, ni una salida, nunca una promesa, jamás un beso. Él se deshace en maniobras amables y ella, como si fuera invisible.
Ambos se lloran en la privacidad de sus casas. Ambos gritan adentro de sus cabezas el nombre del otro. Ambos se anhelan y no se lo dicen nunca. Se sueñan a media cuadra el uno de la otra. Pero nunca sucede absolutamente nada. Se aman eternamente.

Inútilmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario