jueves, 28 de abril de 2011

Cajas de cabezas

Como ya dije en posteos anteriores cuando uno viaja mucho empieza a pensar más cosas para escribir.

Esta semana estaba viajando en los últimos asientos un 152 particularmente colorido, un día particularmente soleado, y me puse a mirar las muchas nucas y cabezas que tenía delante mío.
Entonces me acordé de que según Galeano los humanos vistos desde arriba somos un mar de fueguitos, y me puse a pensar cuántas vidas tenía delante mío en ese momento.

Las personas tenemos un fuego interior que se externaliza, una luz, sombras, tierra, ira, alegría, historia.

Cada uno pasea por la vida con su fuego a cuestas y su historia, que también es la historia de muchos otros, colgada del cuello como los cuadernitos de los nenes que van al jardín.

Miré cada cabeza de color, lacia, ondulada, calva, canosa, grande, chica; y descubrí que estaba frente a un muestrario de cajitas cerradas con candado.

Estas cajitas llegan a destino y se abren para mostrar sus telas coloridas, su retazos de historia. Sólo muestran las que quieren, o las que elijen.

Salvo que por alguna ocasión inesperada se les caiga un pedacito de tela que no pensaban mostrar; como le pasó a la cajita del fondo del colectivo que, sorprendida ante el espectáculo de tantos pequeños mundos, dejó caer el retazo de una sonrisa y casi se baja en otra parada.

domingo, 24 de abril de 2011

Ojos que nos ven.

Era famoso por su desenvoltura. Su simpatía y su carisma le arrancaban sonrisas a propios y ajenos. A veces también envidias.
No obstante cuando aparecía Ella se anulaba. Las palabras inteligentes chocaban en masa contra el muro de su boca cerrada.

¿Cómo puede ser ─le preguntó un amigo ─que hables delante de todos pero cuando está Ella, no?

En verdad ─respondió desolado ─hablar ante mil ojos es hablar ante ninguno. Pero hablar ante sus ojos...esos sí son ojos de verdad.

martes, 12 de abril de 2011

(des) Encantando almas.

Poner en cartel cualquier obra de teatro siempre lleva una serie de riesgos: que tenga poca convocatoria, que por cualquier motivo el público no la reciba bien, que no alcance la bocanada de aire puro al tratar de sortear todos los obstáculos del camino intoxicado en la oferta teatral local, etc. A los unipersonales se les suman altas probabilidades de que se vuelvan tediosos porque, a decir verdad, el sólo hecho de que un único actor sostenga a pulso más de una hora de espectáculo y salga ileso es para aplaudirlo de pie.

En el caso de Sócrates (el encantador de almas), escrita y dirigida por Eduardo Rovner, este es uno más de los numerosos motivos para aplaudir de dicho modo.

Luis Campos es un profesor de filosofía que llega para dar su clase afligido porque a los directivos no les gusta su modo de enseñar compenetrándose en la vida de los autores que dicta.
No sin miedo de ser descubierto, él dará su clase de todos modos y se convertirá en un Sócrates que, los que nunca habíamos leído nada sobre él, de golpe creímos conocer como si nosotros mismos hubiésemos estado en el Ágora intercambiando ideas.

Solo con su sombra, este Sócrates que nos hace reír y por qué no llorar se defiende ante el jurado que lo acusa de corromper a los jóvenes atenienses con sus ideas herejes, y deja bailando ante el espectador algunas críticas que son comunes a todos los tiempos, o mejor dicho: comunes a la naturaleza humana.

El trabajo físico y vocal de Luis Campos, junto con la iluminación y la música a cargo de Miguel Morales y Pablo Rovner respectivamente, crean una atmósfera de la que el público va a tardar unos minutos en querer romper para deshacerse en aplausos de pie, como bien se merece este unipersonal.

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FICHA TÉCNICA
Título: Sócrates, el encantador de almas
Autor: Eduardo Rovner
Actor: Luis Campos
Vestuario: Ana Sellan
Musicalización: Pablo Rovner
Diseño de iluminación: Miguel Morales
Asistencia de dirección: Rubén Sibilia
Prensa: Simkin & Franco
Co-Dirección: Fabi Maneiro
Dirección: Eduardo Rovner.

Más información

Breve Anticipo

Como algunos de ustedes no saben, en el 2009 otros niños buenos y yo fuimos seleccionados para participar de un certamen organizado por el grupo Formación de espectadores para hacer un taller de jóvenes críticos en el festival internacional de Buenos Aires (FIBA) de ese año. Las reseñas de aquellos tiempos lejanos pueden verse aquí. Para despuntar el vicio abro esta nueva sección del blog y la estreno con la obra del papá de Nahu.